A las 10:13 de este martes una pala de la retroexcavadora operada por un empleado de la Intendencia de Canelones se detuvo en seco después de golpear la tierra. Era la tercera que pasaba sobre la trinchera 405 en el Batallón 14 del Ejército en Toledo, cautelada desde 2020 para la búsqueda de restos de detenidos desaparecidos.
La máquina se detuvo cuando comenzó a aparecer abundante cal y se pudo detectar un cráneo.
El equipo de antropólogos comenzó a trabajar en forma manual. Algunos, con el material que había quedado en pala. Otros, en la delimitación de una fosa para lograr desenterrar más elementos.
El resultado: a media tarde de este miércoles se había logrado rescatar el 70% de un cuerpo humano. Debido a las características del terreno se encontraba a muy poca profundidad, no más de 40 centímetros. Además de la cal sobre los restos se había depositado una losa de material. Estos dos últimos elementos responden al mismo patrón que se pudo apreciar cuando fueron descubiertos los restos de algunos de los desaparecidos ya ubicados.
«No es la primera vez que nos enfrentamos a este patrón», dijo en rueda de prensa Alicia Lusiardo, la coordinadora del equipo de antropólogos que trabaja en el lugar.
Así, recordó que los restos de Fernando Miranda, encontrados en 2005 en el Batallón 13, presentaban las mismas características. Lusiardo dice que nunca se pudo determinar a qué motivos respondía esta práctica.
Por efecto de la cal, el molde del cuerpo quedó grabado en la fosa: talones, muslos y glúteos aparecen perfectamente delineados. La cal, además de destruir rápidamente los tejidos blandos, ayudó a preservar el material genético, que será enviado a Argentina para las pruebas que determinarán la identidad. Las muestras se suelen extraer del fémur o de un diente.
Lusiardo aseguró que este tiene dos elementos particulares. Es, hasta el momento, el que ha aparecido recubierto con más cal, y es el primero que aparece sepultado boca abajo.
Además, se trata de un enterramiento primario y el esqueleto aparece articulado en posición anatómica: quedó así desde el momento en que fue enterrado.
Se sabe que se trata de un adulto; se desconoce causa de muerte, sexo o edad del o la fallecida.
El descubrimiento se produjo, en buena parte, gracias a la decisión volver a explorar en esa zona, que ya había sido investigada con anterioridad. Tan es así que, en 2006, las excavaciones realizadas en la antigua Bodega Vidiella pasaron a apenas diez metros del lugar.
El Batallón 14 siempre ha sido un lugar de interés en términos de búsquedas de este tipo. Desde 2005 se cuenta con datos de enterramientos en ese lugar. A escasos 90 metros fueron ubicados en 2011 los restos del maestro Julio Castro, detenido y asesinado en 1977. Un año después, un poco más lejos, fueron hallados de Ricardo Blanco Valiente, desaparecido en 1978.


