En medio de una guerra interna por la desaparición de más de US$ 560.000 de sus arcas, la Asociación de Funcionarios de UTU (AFUTU) llamó a elecciones por primera vez en seis años, deberían hacerse cada dos.
Pese a las denuncias que se habían hecho ante el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) por esta irregularidad, y de las duras críticas contra la dirección del gremio por parte de los encargados de sus finanzas, la oficialista Lista 11 volvió a ganar.
Algunos de sus detractores se preparan para crear un nuevo sindicato, pues advierten que el existente no representa como debería a los trabajadores.
Es el propio estatuto del sindicato el que establece que debe convocarse elecciones cada dos años. Desde el gremio justifican que no se haya llamado a estas desde 2016, primero por la desaparición del dinero en 2018 y segundo por la pandemia en 2020.
En 2018 lo que pasó es que “se perdieron” boletas por egresos que sumaban una cifra superior a los US$ 560.000, algo que fue denunciado por los ahora ex integrantes del sindicato Daniel Maciel y Víctor De León.
El primero dirigía en ese entonces las finanzas del gremio y el otro la secretaría de organización, luego de esto, descubierto tras una auditoría interna, AFUTU no tuvo más remedio que denunciar el caso a la Justicia, pese a la oposición de muchos dentro del gremio. La causa fue archivada por falta de pruebas, luego se volvió a abrir y recientemente se archivó una vez más.
La presidenta del Sindicato, Mabel Mallo, sostiene que en 2018 fue la Secretaría de Finanzas -dirigida por Maciel- la que no quiso aportar los fondos para llevar a cabo el congreso nacional de AFUTU y las posteriores elecciones de autoridades.
Maciel niega esta acusación y sostiene: “Lo que en realidad querían hacer era armar un congreso para echarnos, y luego de eso llamar a una elección”. Esto fue lo que finalmente pasó a partir del año pasado.
En 2021, cuando la polémica entre las diferentes fracciones del gremio se hacía insoportable, una Agrupación Regional de Soriano se lanzó a juntar firmas y luego presentó una denuncia ante el MEC advirtiendo que se estaba en falta por no haber llamado a elecciones.
Para Mallo “AFUTU salió ileso” de las acusaciones de algunos miembros del Gremio en cuanto a que algunos se querían perpetrar en sus cargos. Finalmente, luego de seis años, se logró hacer en 2021 el congreso, allí se resolvió “suspender por cuatro períodos, a efectos de ser elegible”, al entonces Secretario de Finanzas, Maciel, y a todos los que trabajaban con él en la misma área.
Luego de esto Maciel presentó su renuncia a la Secretaría que estaba a su cargo y en 2022 se desafiló. “Primero me lo hicieron a mí y después al resto de nuestra agrupación”, dijo Maciel, que ahora quiere fundar un nuevo gremio.
En la anterior elección de Afutu se presentaron siete agrupaciones. Al secretariado llegaron cinco, y luego pasaron a ser seis porque una de ellas, la mayoritaria, se dividió.
La lista que ganó era una alianza entre el MPP, el Partido Comunista y el Socialista. De ahí salió el presidente Juan Pérez -que dejó el cargo para ser presidente del Codicen al final del último gobierno frenteamplista.
En la elección de la semana pasada, en tanto, se presentaron cuatro listas que develaron nuevas alianzas luego de la catástrofe interna. La ganadora fue la 11, que revivió la alianza entre cercanos al Partido Comunista, el MPP y sumó a integrantes de la agrupación Figari. Esta fue encabezada por Ana Borges, referente departamental de la 609 en San José.
Las otras tres listas, que sobre todo agrupan a frentistas que se dicen más moderados, ahora son las que reclaman más transparencia y acceso a la información interna.
El ex Secretario de Finanzas, Daniel Maciel, se alejó de AFUTU luego de una “arremetida” que dice haber sufrido por realizar una auditoría y luego denunciar un faltante de U$S 560.000 de las arcas del gremio.
En el último tiempo estuvo abocado a construir un nuevo sindicato de los trabajadores de UTU, junto a antiguos integrantes de Afutu. Entre ellos está Víctor De León, otro de los que hizo la denuncia por el dinero faltante.
Amparado en la nueva ley de negociación colectiva, la futura agrupación buscará hacer valer su representatividad en los diálogos institucionales, aunque ya prevén que el PIT-CNT se resista. Esto debido a la cercanía que presentan sus directivos con los referentes actuales de AFUTU.


